El sistema tributario argentino es un verdadero caos. Alcanza con contar la cantidad de impuestos, tasas y contribuciones para darse cuenta lo complejo y engorroso que se presenta.
Hablamos, claro, de todos los niveles de gobierno. Porque las fallas no son exclusivas del Estado nacional, sino que también se encuentra (a montones en varios casos) en las provincias y los municipios de todo el país.
Las elecciones, que encuentra a candidatos dispuestos a analizar los temas candentes para conseguir votos, se presentan como una buena excusa para hacer un repaso por aquellas características que debería tener un sistema tributario justo.
En este contexto, Darío Rajmilovich, socio de Expansion Holding, aportó una brújula con algunos de los puntos que, ineludiblemente, deberían ser revisados del complejo mapa de impuestos.
Como norte, señaló que la próxima reforma tributaria deberá ser integral y de largo alcance. “Ya no alcanza -y está demostrado- con un conjunto de parches”, resaltó en su columna de opinión publicada en Clarín.
Asimismo, sostuvo que, para contar con la viabilidad que necesita un proyecto d este tamaño, es necesario “conseguir la aceptación y el consenso tanto político como social”.
Por último, analizó la estructura tributaria actual y armó una lista con los “buenos” y los “malos” impuestos, para marcar un rumbo claro respecto de qué debería eliminarse y qué mejorarse.
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