Hace un tiempo hablamos sobre el problema que significa para muchos que China no crezca. Esta semana se dio a conocer una novedad que complejiza la situación y preocupa aún más a Xi Jinping y compañía.
Las empresas de la Unión Europea están perdiendo la confianza en Beijing, al punto que menos de la mitad de las compañías encuestadas recientemente tienen planes de expandir sus inversiones en el país, algo que no sucede desde 2016.
Los hombres de negocios fueron un poco más allá: manifestaron que están buscando alternativas en el Sudeste Asiático (1 de cada 10 ya está en tratativas para poner en marcha esa apuesta), con Singapur y Malasia como las dos opciones favoritas.
Otra de las naciones que está tomando impulso es la India, cuya neutralidad ante la invasión rusa a Ucrania le representó grandes ventajas, como la adquisición de petróleo ruso barato (entre otras).
La posición india es también seguida de cerca desde Washington, al punto que el Gobierno estadounidense busca profundizar los vínculos bilaterales y lograr, de alguna manera, que China pierda poder de fuego en la región.
Claro que no es la única preocupación en los Estados Unidos. En materia económica, la inflación -aun cuando muestra caídas mensuales- sigue siendo un foco de atención para la Reserva Federal.
De hecho, el mismo presidente de la FED, Jerome Powell, fue preciso al advertir que la batalla todavía no ha terminado. El freno en la tasa de interés, por lo visto, debe leerse como algo pasajero.
La suba de precios también preocupa cada vez más a los británicos. Esta semana se dio a conocer el dato de mayo, con un condimento: el número fue mayor al que pronosticaban las encuestas privadas.
Ese fue el motivo por el que el Bank of England decidió poner el pie en el acelerador de los tipos de interés y subió la tasa 50 puntos básicos (hasta alcanzar el 5%). Así, sumó el decimotercer aumento consecutivo.
En España, las repercusiones de las rígidas políticas monetarias llevadas adelante por el Banco Central de Europa comenzaron a sentirse fuerte. La firma de hipotecas se hundió poco más del 18% en abril.
En América latina las cosas no parecen funcionar de la misma manera. En Brasil, por ejemplo, la máxima autoridad monetaria del país decidió mantener sin cambios la tasa de interés.
Uruguay, en tanto, tiene un problema que es la envidia de sus vecinos del sur. El dólar pierde valor en el mercado de cambios uruguayo y genera preocupación en diversos sectores (sobre todo, el de exportadores).
“Vamos 10 meses de caída en las exportaciones y sabemos de proyectos en este sector que no se pudieron concretar por esta situación”, manifestaron desde la Unión de Exportadores y añadieron: “Esperemos que no se llegue a la pérdida de empleos”.
En la Argentina fue tendencia una noticia que hubiese cambiado el destino de la canción “La vida es una moneda” -escrita por Fito Páez cuando formaba parte de la Trova Rosarina (grupo de rock popular de principios de los 80)- que rezaba que “quien la rebusca, la tiene”.
Es que una persona mostró en un video, que además se viralizó, el motivo por el que busca las de $2: tienen más valor por su peso en metal que por lo que tiene acuñado. Ese es uno de los motivos por el que es casi imposible encontrarlas.
La otra explicación está en el insignificante valor que representa en una economía inflacionaria como la argentina. Casi nadie las busca. La compleja situación económica, incluso, es la que hace difícil que cualquier cantautor se inspire.
En lo que parece una contradicción, el Gobierno -que busca desesperadamente cerrar un acuerdo con el FMI para obtener fondos que le permitan subsistir hasta las elecciones-, adelantó un pago al organismo internacional de créditos.
Mientras, el ente de estadísticas oficial informó que una familia tipo necesitó en mayo cerca de $220.000 (es decir, un 7,2% más de ingresos que en abril) para no ser pobre. Un dato realmente preocupante.
Pese a este panorama sombrío, no obstante, el Morgan Stanley -uno de los bancos más importantes de Wall Street- recomendó hace unos días comprar bonos soberanos de la Argentina.
En un paper que hizo circular, la entidad financiera norteamericana manifestó que la deuda de los países con “grado de inversión” dejaron de ser atractivas, motivo por el cual hay que posar la vista sobre los “bonos basura”.
A esta altura, lo único que no parece perder vigencia de la canción es que “solo se trata de vivir”. En un país como la Argentina, nunca se sabe qué es lo que puede suceder. Incluso, como cantaba Juan Carlos Baglietto, “a lo mejor resulta bien”.