En la Argentina, esta semana se presentó corta por los feriados del 25 de mayo (en los que se conmemora el primer gobierno patrio), pero tres días fueron suficientes para tener noticias económicas a montones.
Tal vez la que más preocupa es la negociación que lleva adelante el presidente de los Estados Unidos con su par de la Cámara de Representantes. Es que se trata de algo que va más allá del país del norte, sino que interesa a todo el mundo.
En efecto, el resultado de las charlas entre Joe Biden y Kevin McCarthy pueden derivar -si no hay entendimiento entre las partes- en el primer default de la historia estadounidense. Y, probablemente, en un colapso de magnitudes titánicas.
Lo bueno es que la reunión de la semana entre el demócrata y el republicano terminó en muy buenos términos. Lo malo: todavía no hay acuerdo. Por eso gran parte de los inversores comenzaron a buscar alternativas que los protejan si no logran elevar el techo de la deuda.
La apuesta es comprar bonos del Tesoro que, en su afán de solucionar el problema de la inflación, continúa con su política de altas tasas. Y una de las explicaciones que hace pensar que quizás no se relajen -como muchos piensan- la da el mercado de autos nuevos.
Ocurre que los precios de los vehículos no detienen su marcha y terminaron alterando el mercado de usados, que comenzó a seguir la carrera alcista de los 0km. Un síntoma más de que los indicadores -posiblemente- continuarán subiendo.
Otro de los países que está complicado es la Argentina. Las reservas del Banco Central se evaporan a un ritmo alarmante y el Gobierno decidió implementar un nuevo cepo para tratar de contener las divisas que le quedan.
Mientras tanto, el organismo oficial de estadísticas confirmó esta semana el peor presagio: la economía se estancó. El indicador de crecimiento de marzo fue del 0,1% y el interanual, apenas de 1,3 por ciento.
Del otro lado del Atlántico la situación es otra. El euro se recuperó, luego de transitar por sus mínimos históricos, lo que ayudará a reducir el índice de inflación (dado que los precios del petróleo y de otros productos están expresados en dólares).
Por su parte, Gran Bretaña está sacando partido de la huelga de guionistas que se está llevando adelante en Hollywood y se prepara para trabajar en producciones locales con una billetera más abultada.
La India, otro de los grandes productores cinematográficos con su Bollywood, también lleva un camino próspero. No por el cine, sino más bien por dos de las variables económicas que más preocupan en la actualidad, que son el PBI y la inflación.
Es que el país asiático está de parabienes: no para de crecer -con proyecciones envidiables, con aumentos de 7,6% para el primer trimestre de 2023/24- y de bajar sus indicadores de precios minoristas en casi un punto porcentual.
Los que también celebran son los fanáticos de las monedas digitales. Es que esta semana se festeja el “Bitcoin Pizza Day”, que conmemora la primera compra de bienes con la tecnología blockchain.
El 22 de marzo de 2010 se realizó la adquisición de dos pizzas por 10.000 bitcoins (de ahí el nombre). Lo curioso es que la operación, a la cotización de este lunes, tendría un valor de u$s268 millones. Las pizzas más caras de la historia.
Más allá del monto, lo cierto es que la transacción permitió dar el puntapié inicial que permitió considerar a los criptoactivos como moneda de cambio. Y provocó un crecimiento de su uso a nivel global.
Algo parecido pasa con la inteligencia artificial. Los avances que se están dando en estos meses son asombrosos y el tema no escapa ni al más distraído. Quien habló de este tema fue Bill Gates (aunque, claro está, no es ningún principiante).
Hombre relacionado directamente con la tecnología, el creador de Microsoft advirtió que los pasos que se están dando cambiarán mucho la forma en la que las personas realizan búsquedas de información y compran distintos productos.
“Nunca volverás a ir (en Internet) a un sitio de búsqueda, nunca volverás a ir a un sitio de productividad, nunca volverás a ir a Amazon”, advirtió el magnate. El cambio, en definitiva, podría poner en jaque a muchas empresas si no optan por invertir en lo que viene.
Habrá que ver cómo evolucionan las costumbres de los consumidores. Claro que, sobre gustos, no hay nada escrito. Al menos es lo que parece haber guiado a quien incluyó por segunda vez en la carta para los astronautas de SpaceX una paella.
Muchos pensarán a esta altura que me fui para el lado de los tomates. Algo de razón se les puede atribuir: comencé hablando del peligro de que EE.UU. entre en default y terminé mencionando un plato que se servirá en uno de los cohetes que se lanzaron al espacio.
Pero no. Hay una noticia más que preocupa a un grupo de españoles que tiene mucho que ver con el platillo estrella del menú espacial. La producción de tomates comunitaria está amenazada por las exportaciones que se realizan desde Marruecos.
Ocurre que, en la última década, España cedió una gran parte de su cuota de mercado. Según estimaciones, pasó de vender un millón de toneladas a 630.000 (lo que representa casi un 40% menos). Por eso, hubo una denuncia formal para revertir la situación.
Y sí. Para los distraídos, hay que recordarles que el tomate es uno de los productos que no deben faltar en la cocina. Porque, digámoslo todo, ¿qué sería de la tradicional paella valenciana sin sus tomates?