Probablemente se hayan enterado del furor que está generando Beyoncé en Europa al volver a los escenarios con su mega show en vivo. Lo que pasa es que hace 7 años que la artista no hace giras con su música, y esta vez decidió hacerlo con un espectáculo increíble.
La otra estrella pop que tiene al mundo fascinado con “The Eras Tour” es Taylor Swift, quien ya agotó 3 funciones en el estadio Monumental de Buenos Aires y tiene a sus fans acampando cinco meses antes de aterrizar en el país.
Se preguntarán qué tienen que ver las dos cantantes con la economía. Les cuento: en Suecia, la inflación anual en mayo fue del 9,7% y quedó por encima de las previsiones de los economistas. ¿Qué pasó? Beyoncé abrió su tour en Estocolmo y generó una inyección de turistas, que en consecuencia, terminó sacudiendo los precios.
En realidad no fue la culpa de la artista, eso está claro. El tema fue que para muchos fanáticos de los Estados Unidos y otros países de Europa, les era más barato subirse a un avión y pagar la entrada del show en la capital sueca que en su propio país.
Algo muy parecido se espera para la llegada de Taylor Swift a la Argentina, con un peso totalmente debilitado y a favor de los swifties norteamericanos que no pueden acceder a los tickets en su país por los elevadísimos precios en dólares.
El tema es que, por primera vez desde diciembre pasado, hubo una desaceleración en el indicador argentino. El dato de mayo fue de 7,8%, lo que representó una baja de 0,6 puntos con respecto a abril.
Se proyecta que esta tendencia continuaría para el mes de junio, aunque no se si podemos ilusionarnos con un freno permanente. Habrá que ver si en noviembre, cuando llegue la mega estrella a dar sus recitales, afectará o no a todos los números.
Otra noticia de la semana que tiene que ver con el mundo inflacionario, es que los funcionarios de la Reserva Federal dejaron el miércoles las tasas de interés sin cambios, esquivando un aumento después de hacer 10 seguidos.
En su declaración, la FED dijo que se estaba dando tiempo para evaluar cómo estaba reaccionando la economía a su campaña para controlar la inflación. Pero, esto no significa que la suba de las tasas se haya terminado. Sería como una pausa para tomar agua.
Christine Lagarde, al frente del Banco Central Europeo, decidió que no se iba a tomar ninguna pausa y volvió a subir los tipos de interés. “Todavía no hemos llegado a nuestro destino porque quedan cosas por hacer”, confirmó la presidenta del organismo.
Así fue como la tasa oficial fijada el jueves en la zona euro llegó al 4%, siendo la más alta desde octubre del año 2008 en medio de la crisis de Lehman Brothers. Según el BCE, la principal causa de la inflación descontrolada tiene que ver con las negociaciones sindicales.
En el caso de España, por más que el número de mayo fue de 3,2% -su nivel más bajo desde julio de 2021-, los precios de los alimentos, en comparación con el año pasado, aumentaron un 12% y sigue preocupando al Ministerio de Economía.
El problema está en que, aunque las subidas interanuales se van frenando, la inflación se acumula y, desde la pandemia de COVID-19, las familias y empresas del país no pudieron escapar a un incremento de los precios sin precedentes, superior ya al 15 por ciento.
Me voy al mundo cripto donde hay bastante preocupación por parte de sus inversores, específicamente por el famoso staking: consiste en adquirir monedas digitales y mantenerlas bloqueadas en una billetera virtual con el fin de recibir ganancias.
El foco de la SEC (ente regulador estadounidense) hoy es registrar estas operaciones como oferta de valores. El problema es que la falta de regulación y claridad en el mercado de estos activos está siendo perjudicial para esta industria multimillonaria y quienes invierten en ella.
Brasil, por su parte, designó al Banco Central como el principal regulador de las criptomonedas en el país. Se espera que la Ley de Criptoactivos entre en vigor el próximo martes 20 de junio. El plazo para que la industria se adapte a las nuevas leyes es de 6 meses.
A partir de la próxima semana, serán legales los pagos con Bitcoin u otras a cambio de bienes y servicios. De esta manera, la administración pública también podrá realizar operaciones con activos digitales.
Ahora, lo que pasa en Uruguay no tiene nada que ver con el mundo digital, sino más bien con lo más básico que existe sobre la Tierra: el agua. Hace unas semanas mencioné el problema de sequía y desabastecimiento en los supermercados.
La cosa se fue poniendo cada vez peor, y las autoridades tuvieron que recurrir al Río de la Plata para añadir agua de allí al suministro público. Lo que no esperaban era que iban a sumar agua salada.
La cantidad de sodio del suministro recolectado es de 421 miligramos por litro, o sea, más del doble de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Ni hablar del gusto realmente salado que tiene el agua al tomarla, según los uruguayos.
La realidad es que el cambio climático hace años que viene afectando al mundo entero, y parece ser que los políticos siguen sin tomar verdadera consciencia. Si todo sigue así, el volumen acumulado de impactos ambientales podría llegar a 23,2 billones de dólares.
Ahora… ¿quién paga los daños? No sea cosa que para salvar a nuestro planeta haya que recurrir a Beyoncé, Taylor y miles de artistas más a hacer una colecta. Ojo, tal vez así no se las acuse de ser responsables de generar inflación en los países donde se presentan.