El Gobierno lanzó, con cierto éxito, el programa “dólar soja” con el claro objetivo de reforzar las reservas del Banco Central. Sin embargo, bastaron unas semanas para fijar un nuevo cepo para los agroexportadores.
En efecto, el BCRA prohibió a las empresas que participen en esta operatoria oficial a comprar divisas a través del mercado de cambios oficial, ni por medio de la Bolsa de Valores.
Con el descontento de los empresarios latente, Juan Manuel Ocampos, socio de Expansion Argentina, analizó las consecuencias de una operatoria común entre los hombres de negocio: dolarizar las carteras de los dueños.
Consultado por Ámbito, dijo que hay que “tener cuidado si las empresas les giran los pesos a los accionistas (personas físicas) para que éstos se dolaricen y luego vuelvan a ingresar los dólares a la sociedad porque esto puede descapitalizar a la sociedad”.
Esta situación, según explicó también el CFO de Expansion Holding, se puede producir debido a que las divisas deben ser contabilizados por las empresas en pesos al tipo de cambio oficial.
“Lo mismo ocurriría si esa salida de pesos sale vía préstamo de la sociedad y luego ingresan los dólares la sociedad” y, para concluir, recordó que “la salida vía dividendos pagan impuestos y se pueden distribuir una vez al año”.
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