Como si las noticias económicas de esta semana tuvieran la misma musa inspiradora que The Rolling Stones al momento de componer la canción Paint it Black, las novedades no son muy alentadoras.
En los Estados Unidos, por ejemplo, parece que el hecho de haber superado el peligro de caer por primera vez en un default fue una nimiedad. Unos días después de dejar atrás la tormenta con el acuerdo entre Biden y McCarthey, todo se volvió a ensombrecer.
¿Cuál es el problema ahora? La inflación -que había quedado relegada por las discusiones por el techo de la deuda- retomó impulso y se posicionó como la principal causa de los temores que mantiene en vilo a los inversores.
Algunos analistas, como el responsable del equipo de activos cruzados de Carmignac, Frédéric Leroux, aseguran que se habla del pico pero no se ve venir la siguiente ola. “Hemos tenido el primer pico, pero habrá una serie de ellos en los próximos años”, anticipó.
En este escenario, la Reserva Federal sigue muy de cerca los números y, en las últimas reuniones dejó entrever que podría poner un freno al alza de la tasa de interés. Incluso los mercados de futuros se arriesgaron a apostar a que quedaría en un 4 por ciento.
Pero las cosas no están saliendo como piensan los inversores. Y alcanzó un mes para sumarle un punto a la predicción y dejarla en 5%. Es que la economía norteamericana no experimentó la desaceleración esperada.
Los 15 meses que lleva la campaña de la FED no parecen ser suficientes para poner fin al aumento de los precios. Ojo, el hecho de que no haya una recesión puede ser visto como una posibilidad de que Jerome Powell y compañía continúen su política con suavidad.
No obstante, existe la posibilidad de que las empresas, dada la sólida demanda, continúen subiendo sus precios sin perder clientes. O sea, con más inflación y el pie de la Reserva Federal en el acelerador de las tasas aun a riesgo de una recesión. Todo un dilema.
Mientras, lo que para los Estados Unidos es una situación hipotética, para la zona euro todo parece mostrar que es una realidad. Al menos si se consideran los resultados de una reciente revisión estadística.
Es que, según la Eurostat (que es el organismo de estadísticas oficial), hubo una doble caída del 0,1% en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023, lo que ubica al Viejo Comitente en una “recesión técnica”.
Otra entidad que no ve un buen panorama en los números es el Banco Mundial. En este caso, el informe dado a conocer esta semana habla específicamente de América latina. Y los pronósticos no son buenos.
En 2023, a excepción de Perú (que crecerá un 2,2%) y de México (que lo hará al 2,5%, moderado para el ritmo que llevaba), todas las economías mostrarán una desaceleración (tal como Brasil y Colombia) o contracción (Chile).
La Argentina merece un párrafo aparte, dado que la entidad bancaria empeoró el pronóstico que había presentado en enero y vaticinó que cerrará este año con un PBI negativo (en concreto, en un -2%).
La caída de 4 puntos en los indicadores (desde el informe pasado) serían consecuencia de la sequía que afectó al país, la desaceleración económica del principal socio comercial (Brasil), la escasez de reservas y la escalada inflacionaria.
En tanto, la OCDE también presentó un informe lapidario sobre la situación del país. Para el organismo, la economía argentina caerá 1,6% este año, mientras que el indicador de precios superará el 105% anual.
Y, como si fuera poco, el FMI analiza la manera de reforzar las medidas. Es que, pese a que auguró un incremento del PBI del 0,2% para 2023 (moderado, pero crecimiento al fin), afirmó que “la situación en Argentina es muy compleja”.
Al menos así lo manifestó la directora de Comunicaciones del Fondo, Julie Kozack, quien también resaltó que “los equipos continúan trabajando constructivamente. Las discusiones son frecuentes y apuntan a avanzar el programa”.
A todo esto, la inflación argentina de mayo podría superar una vez más a la de Venezuela, de acuerdo con los informes de los analistas privados de ambos países. Sobre llovido, como dice el dicho, mojado.
El horizonte se llenó de nubes, también, para las monedas digitales luego de que la SEC iniciara esta semana acciones legales contra dos jugadores de gran peso mundial: Binance y Coinbase.
Como consecuencia de estas decisiones oficiales, los criptoactivos cayeron a mitad de semana. El más emblemático, Bitcoin, tuvo una reducción de 2,3% en 24 horas y perforó el piso de 26.500 dólares.
¿Algo más puede ensombrecer el escenario económico mundial? ¿Acaso es peor que el problema demográfico que trae consecuencias económicas debajo del brazo? Sí y sí. Todo según el pronóstico apocalíptico de Bill Gates.
El magnate está muy preocupado por la crisis climática y lanzó una advertencia: gran parte del planeta será inhabitable si no elimina los 51.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero que produce anualmente. La humanidad tiene tiempo hasta 2050.
La semana pasada planteamos sonreír ante la adversidad. Hoy, aunque el negro predomine, creemos que es necesario elegir otro color. ¿No sabe por dónde empezar? Le damos algunas opciones: en Expansion tenemos verde, celeste, naranja, fucsia y hasta multicolor.
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