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20 Ago. 2023

Gradualismo o shock: cuál es la mejor opción para una reforma tributaria en la Argentina

Impuestos

Darío Rajmilovich analizó el sistema impositivo y rompió con uno de los mitos sobre el momento ideal para poner en marcha una modificación integral

Si se les pregunta a empresarios, políticos, sindicalistas, empleados, jubilados y emprendedores, por ejemplo, si es necesario hacer un cambio en el sistema tributario argentino, es altamente probable que la respuesta sea un rotundo sí.

También es verdad que si se les hace la misma pregunta a todos los habitantes de la Tierra es muy probable que la respuesta sea similar. La mayoría de las personas -excepto quienes los implementan- considera que los impuestos no son buenos.

Así lo manifestó Darío Rajmilovich en su columna para La Nación en donde analizó el sistema tributario argentino y aportó una mirada completa sobre todo el escenario para poder introducir una reforma que sea buena para todos.

Lo primero que destacó es que los sistemas tributarios no deberían medirse por el número de impuestos que lo componen o por el PBI que representa su recaudación, sino también el gasto público a financiar con los fondos recaudados.

“La Argentina, claro, no está nada bien. Tiene una alta carga tributaria, pero un nivel de gasto que no termina de satisfacer las necesidades de sus habitantes. Algo así como lo peor de los dos mundos”, afirmó el socio de Expansion Holding.

Y propuso eliminar una serie de impuestos y mejorar otros. “Hacer estos cambios -explicó- requiere de planificación y de tiempo”. No obstante, resaltó que “hay que romper con la idea de que hay que esperar a que se acomode la economía”.

Por el contrario, sostuvo que “momentos en los que la situación es tan compleja como lo es actualmente, son ideales para llevar adelante cambios profundos como los que se necesitan”.

La receta perfecta, según su visión, sería una combinación entre shock y gradualismo. Shock, porque las modificaciones tienen que abarcar todo el sistema; gradualismo, para evitar que se produzcan desajustes en las cuentas públicas.

“Lo que tiene que quedar claro es que tiene que haber un plan completo y que debe aplicarse cuanto antes. El momento de que construyamos un sistema tributario justo es ahora”, concluyó.

Leé la columna completa, acá.

   
20 Ago. 2023

Gradualismo o shock: cuál es la mejor opción para una reforma tributaria en la Argentina

Impuestos

Darío Rajmilovich analizó el sistema impositivo y rompió con uno de los mitos sobre el momento ideal para poner en marcha una modificación integral

Si se les pregunta a empresarios, políticos, sindicalistas, empleados, jubilados y emprendedores, por ejemplo, si es necesario hacer un cambio en el sistema tributario argentino, es altamente probable que la respuesta sea un rotundo sí.

También es verdad que si se les hace la misma pregunta a todos los habitantes de la Tierra es muy probable que la respuesta sea similar. La mayoría de las personas -excepto quienes los implementan- considera que los impuestos no son buenos.

Así lo manifestó Darío Rajmilovich en su columna para La Nación en donde analizó el sistema tributario argentino y aportó una mirada completa sobre todo el escenario para poder introducir una reforma que sea buena para todos.

Lo primero que destacó es que los sistemas tributarios no deberían medirse por el número de impuestos que lo componen o por el PBI que representa su recaudación, sino también el gasto público a financiar con los fondos recaudados.

“La Argentina, claro, no está nada bien. Tiene una alta carga tributaria, pero un nivel de gasto que no termina de satisfacer las necesidades de sus habitantes. Algo así como lo peor de los dos mundos”, afirmó el socio de Expansion Holding.

Y propuso eliminar una serie de impuestos y mejorar otros. “Hacer estos cambios -explicó- requiere de planificación y de tiempo”. No obstante, resaltó que “hay que romper con la idea de que hay que esperar a que se acomode la economía”.

Por el contrario, sostuvo que “momentos en los que la situación es tan compleja como lo es actualmente, son ideales para llevar adelante cambios profundos como los que se necesitan”.

La receta perfecta, según su visión, sería una combinación entre shock y gradualismo. Shock, porque las modificaciones tienen que abarcar todo el sistema; gradualismo, para evitar que se produzcan desajustes en las cuentas públicas.

“Lo que tiene que quedar claro es que tiene que haber un plan completo y que debe aplicarse cuanto antes. El momento de que construyamos un sistema tributario justo es ahora”, concluyó.

Leé la columna completa, acá.