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05 May. 2023

Que la fuerza nos acompañe

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En el News 61, Gonzalo Chicote realiza un repaso por las novedades económicas que marcaron la agenda mediática de la semana

El lunes fue feriado en gran parte de los países por el Día del Trabajador. La Argentina fue uno de los lugares en los que la mayoría descansó, aunque no todos: algunos funcionarios aprovecharon para arruinar el festejo con trascendidos sobre nuevas restricciones.

En efecto, luego de que el Ministerio de Economía se sobresaltara la semana pasada con la suba del dólar blue, la Comisión Nacional de Valores (CNV) decidió poner trabas en las operaciones de compra de divisas bursátiles.

Así, para el martes, el organismo había oficializado una nueva medida con el mismo objetivo de siempre: evitar la merma de reservas del Banco Central. Las afectadas, en este caso, fueron las transacciones de CCL y MEP.

Mientras se espera un adelanto de fondos del FMI –Estados Unidos habría dado su apoyo para lograr el tan necesario auxilio-, el Gobierno intentó sumar apoyo de sus pares regionales. En concreto: querían lograr financiar operaciones comerciales con Brasil.

La idea era que el gigante de Sudamérica creara una línea de crédito para las exportaciones de empresas brasileñas a la Argentina. Pero la comitiva, encabezada por Alberto Fernández y Sergio Massa, se volvió con las manos vacías.

Los únicos que no están a disgusto con la situación del peso argentino son los uruguayos que cruzan las fronteras para hacerse de productos que, por la diferencia de cambio, les resultan “regalados”.

Sin embargo, la otra cara de la moneda la mostraron los industriales de Uruguay, quienes se manifestaron preocupados. Uno de ellos fue el presidente de la Cámara de Industrias, Fernando Pache, que calificó este momento como una “pandemia fronteriza”.

Al respecto, señaló que “están golpeando muy duro a la producción local” y remató: “En el litoral tenemos entre 30% y 40% de caída de la comercialización de productos nacionales en relación con los resultados de 2020”.

Pero la inquietud no fue sólo de los industriales. El mismo presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, aseguró: “Estamos con un problema en la frontera porque los precios de bienes argentinos son extremadamente más baratos”.

Curiosamente, en la Argentina la suba de precios no da tregua, al punto de que el número de abril sería tan elevado que el Gobierno pensó que era una buena idea esperar unos días para dar la noticia (es decir, luego de las elecciones de 5 provincias).

Claro que el tiro -como dice el dicho- le salió por la culata: luego de las críticas recibidas desde distintos sectores, el titular del organismo de estadísticas y censos, Marcos Lavagna, tuvo que dar marcha atrás con la decisión.

La inflación sigue preocupando también en Europa. En abril el número de la eurozona fue del 7% -impulsado principalmente por el costo de los alimentos-, lo que significó un incremento respecto de marzo (cuyo valor fue 6,9%).

Pero, al menos, los economistas rescataron un dato positivo: restando el precio de los productos alimenticios y la energía, que generalmente son los más volátiles, la tasa subyacente disminuyó por primera vez en 10 meses.

Eso sí: para los analistas del Banco Central de Europa (BCE) no alcanzó para frenar la suba de los tipos de interés en 25 puntos básicos. Además, advirtieron que seguirán con su política en los próximos meses.

Diferente fue la posición de la Reserva Federal, que luego de anunciar un aumento idéntico al de su par europeo, dejó entrever que sería el último movimiento. Al menos, en el corto plazo.

La preocupación parece estar ahora en otro lado. Es que los sacudones en el sistema bancario no se detienen. El First Republic Bank finalmente sucumbió y hubo dos interesados en adquirirlo: el JPMorgan y el PNC.

La pulseada la ganó el primero, quien recibió la autorización de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) en la madrugada del 1° de mayo y abrió un nuevo debate sobre las regulaciones bancarias.

Los cuestionamientos giran en torno a saber si el marco regulatorio es el que permite que algunos bancos se vuelvan demasiado grandes para quebrar o si alientan a los grandes a adquirir instituciones financieras más pequeñas en épocas complejas como la que se vive.

Si bien desde el FDIC creen que con la adquisición del First Republic “esta parte de la crisis ha terminado”, lo cierto es que podrían haber más caídas en los próximos meses. Al menos así lo pronostica el mercado y lo hace saber con las bajas en Wall Street.

En tanto, el Morgan Stanley no está pasando por un buen momento y, según trascendidos de la prensa norteamericana, en junio podría despedir a unas 3.000 personas, que representan -aproximadamente- un 5% de la fuerza laboral de la institución a nivel global.

Y, como si fuera poco el problema de los bancos, el Gobierno de los Estados Unidos podría quedarse sin dinero para afrontar pagos si Joe Biden no logra que el Congreso eleve el techo de la deuda.

Al menos así lo aseguró la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien manifestó que “nuestra mejor estimación es que no podremos seguir satisfaciendo todas las obligaciones del Gobierno a principios de junio”.

Todo esto sucedió en la misma semana en la que se festejó el “Día de Star Wars”, en la que miles de fanáticos celebraron, a lo largo y ancho del planeta Tierra, la saga creada por George Lucas.

Los fans hicieron honor disfrazándose de sus personajes favoritos en las ciudades más importantes e, incluso, una aplicación de idiomas lanzó una edición especial en la que se puede aprender algunas de las lenguas que fueron inventadas para las películas.

No obstante, si la caída de bancos estadounidenses continúa y los Estados Unidos entra en default, no va a haber fiesta para nadie y la única frase que queda por decir -en el lenguaje que más les guste- será: “Que la fuerza nos acompañe”.

   
05 May. 2023

Que la fuerza nos acompañe

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En el News 61, Gonzalo Chicote realiza un repaso por las novedades económicas que marcaron la agenda mediática de la semana

El lunes fue feriado en gran parte de los países por el Día del Trabajador. La Argentina fue uno de los lugares en los que la mayoría descansó, aunque no todos: algunos funcionarios aprovecharon para arruinar el festejo con trascendidos sobre nuevas restricciones.

En efecto, luego de que el Ministerio de Economía se sobresaltara la semana pasada con la suba del dólar blue, la Comisión Nacional de Valores (CNV) decidió poner trabas en las operaciones de compra de divisas bursátiles.

Así, para el martes, el organismo había oficializado una nueva medida con el mismo objetivo de siempre: evitar la merma de reservas del Banco Central. Las afectadas, en este caso, fueron las transacciones de CCL y MEP.

Mientras se espera un adelanto de fondos del FMI –Estados Unidos habría dado su apoyo para lograr el tan necesario auxilio-, el Gobierno intentó sumar apoyo de sus pares regionales. En concreto: querían lograr financiar operaciones comerciales con Brasil.

La idea era que el gigante de Sudamérica creara una línea de crédito para las exportaciones de empresas brasileñas a la Argentina. Pero la comitiva, encabezada por Alberto Fernández y Sergio Massa, se volvió con las manos vacías.

Los únicos que no están a disgusto con la situación del peso argentino son los uruguayos que cruzan las fronteras para hacerse de productos que, por la diferencia de cambio, les resultan “regalados”.

Sin embargo, la otra cara de la moneda la mostraron los industriales de Uruguay, quienes se manifestaron preocupados. Uno de ellos fue el presidente de la Cámara de Industrias, Fernando Pache, que calificó este momento como una “pandemia fronteriza”.

Al respecto, señaló que “están golpeando muy duro a la producción local” y remató: “En el litoral tenemos entre 30% y 40% de caída de la comercialización de productos nacionales en relación con los resultados de 2020”.

Pero la inquietud no fue sólo de los industriales. El mismo presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, aseguró: “Estamos con un problema en la frontera porque los precios de bienes argentinos son extremadamente más baratos”.

Curiosamente, en la Argentina la suba de precios no da tregua, al punto de que el número de abril sería tan elevado que el Gobierno pensó que era una buena idea esperar unos días para dar la noticia (es decir, luego de las elecciones de 5 provincias).

Claro que el tiro -como dice el dicho- le salió por la culata: luego de las críticas recibidas desde distintos sectores, el titular del organismo de estadísticas y censos, Marcos Lavagna, tuvo que dar marcha atrás con la decisión.

La inflación sigue preocupando también en Europa. En abril el número de la eurozona fue del 7% -impulsado principalmente por el costo de los alimentos-, lo que significó un incremento respecto de marzo (cuyo valor fue 6,9%).

Pero, al menos, los economistas rescataron un dato positivo: restando el precio de los productos alimenticios y la energía, que generalmente son los más volátiles, la tasa subyacente disminuyó por primera vez en 10 meses.

Eso sí: para los analistas del Banco Central de Europa (BCE) no alcanzó para frenar la suba de los tipos de interés en 25 puntos básicos. Además, advirtieron que seguirán con su política en los próximos meses.

Diferente fue la posición de la Reserva Federal, que luego de anunciar un aumento idéntico al de su par europeo, dejó entrever que sería el último movimiento. Al menos, en el corto plazo.

La preocupación parece estar ahora en otro lado. Es que los sacudones en el sistema bancario no se detienen. El First Republic Bank finalmente sucumbió y hubo dos interesados en adquirirlo: el JPMorgan y el PNC.

La pulseada la ganó el primero, quien recibió la autorización de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) en la madrugada del 1° de mayo y abrió un nuevo debate sobre las regulaciones bancarias.

Los cuestionamientos giran en torno a saber si el marco regulatorio es el que permite que algunos bancos se vuelvan demasiado grandes para quebrar o si alientan a los grandes a adquirir instituciones financieras más pequeñas en épocas complejas como la que se vive.

Si bien desde el FDIC creen que con la adquisición del First Republic “esta parte de la crisis ha terminado”, lo cierto es que podrían haber más caídas en los próximos meses. Al menos así lo pronostica el mercado y lo hace saber con las bajas en Wall Street.

En tanto, el Morgan Stanley no está pasando por un buen momento y, según trascendidos de la prensa norteamericana, en junio podría despedir a unas 3.000 personas, que representan -aproximadamente- un 5% de la fuerza laboral de la institución a nivel global.

Y, como si fuera poco el problema de los bancos, el Gobierno de los Estados Unidos podría quedarse sin dinero para afrontar pagos si Joe Biden no logra que el Congreso eleve el techo de la deuda.

Al menos así lo aseguró la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien manifestó que “nuestra mejor estimación es que no podremos seguir satisfaciendo todas las obligaciones del Gobierno a principios de junio”.

Todo esto sucedió en la misma semana en la que se festejó el “Día de Star Wars”, en la que miles de fanáticos celebraron, a lo largo y ancho del planeta Tierra, la saga creada por George Lucas.

Los fans hicieron honor disfrazándose de sus personajes favoritos en las ciudades más importantes e, incluso, una aplicación de idiomas lanzó una edición especial en la que se puede aprender algunas de las lenguas que fueron inventadas para las películas.

No obstante, si la caída de bancos estadounidenses continúa y los Estados Unidos entra en default, no va a haber fiesta para nadie y la única frase que queda por decir -en el lenguaje que más les guste- será: “Que la fuerza nos acompañe”.