El Concejo Deliberante de Azul terminó con la incertidumbre generada hace unas semanas al aprobar la tasa que recae sobre el campo, una medida que fue rechazada por los productores desde el momento de su anuncio.
En este contexto, Darío Rajmilovich, socio de Expansion Holding, analizó el “impuesto” y recordó qué había establecido en su momento la Corte Suprema sobre este tipo de tributos en su columna para El Economista.
La norma, según explicó, “es altamente polémica ya que alcanza a cada hectárea de tierra con el equivalente a una fracción o un litro de gasoil (dependiendo si se trata de un terreno para agrícola, para cría o mixto)”.
También sostuvo que los valores de estas escalas suenan desproporcionados de por sí, pero además hay que sumar a la ecuación un hecho no menor: no existe un servicio específico que justifica la creación de esta tasa municipal.
“Ese es el motivo por el que los productores afectados se presentarán ante la Justicia para evitar el cobro de este tributo bajo el argumento de que se trataría de un tributo inconstitucional”, añadió.
Luego, recordó los puntos fundamentales que fue definiendo la Corte Suprema al momento de establecer qué características tiene una tasa y también enumeró los principios constitucionales sobre el tema.
Y concluyó: “En este caso, la tasa creada por el Municipio de Azul no cumpliría ninguno de los puntos establecidos por el máximo tribunal, por lo que es altamente probable que la resolución siga la línea trazada por los fallos anteriores”.
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