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11 Ago. 2023

¿Un cuento chino?

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En el News 75, Gonzalo Chicote realiza un repaso por las novedades económicas que marcaron la agenda mediática de la semana

La novedad que marcó la agenda económica de la semana fue la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de establecer un límite a las inversiones de empresas tecnológicas norteamericanas en China.

El programa estadounidense busca “abordar la amenaza a la seguridad nacional” a través de la protección de las tecnologías que, según su visión, son críticas para la próxima generación de innovación militar.

En concreto, el nuevo plan apunta a restringir inversiones en semiconductores y microelectrónica, en tecnologías de información cuántica y en sistemas de inteligencia artificial.

Así, otras noticias quedaron en segundo plano, como la implementación -sorpresiva- de un impuesto a la renta inesperada para los bancos en Italia y su readecuación -no tan sorpresiva- luego de las fuertes caídas de las acciones de las entidades en la bolsa.

También se perdió de vista la implementación de un corralito financiero en Cuba o la preocupación que genera en Uruguay que su moneda, el peso, sea la más sobrevaluada frente al dólar según el famoso índice Big Mac.

Incluso la mirada de los analistas internacionales sobre la inflación y el dólar en la Argentina -que está a un paso de las PASO que definirán a los candidatos que pelearán por la presidencia- fueron desplazados del centro de la escena.

Es que el anuncio de la Casa Blanca de restringir inversiones en las tres categorías de tecnologías y productos de seguridad nacional no sólo promete tensar la relación con el gigante asiático, sino que puede provocar un problema para la economía china.

En efecto, esta decisión podría perjudicar los intentos de Beijing de reactivar la actividad, dado que impactará negativamente en las exportaciones de China, que ya sufrieron un desplome en julio y confirmaron así su caída a largo plazo.

Las preocupaciones del país asiático no terminan ahí. Los precios mayoristas volvieron a mostrar una reducción (tendencia que se mantiene desde hace 10 meses), lo que pone a la segunda economía del planeta al borde de una deflación.

Pese a que para muchos ministros de Economía esto podría ser una gran noticia -sobre todo en un escenario inflacionario global como el que se vive-, para China es un problema debido al gran endeudamiento que posee.

Y, como si todo esto fuera poco, la desocupación comienza a ser un dolor de cabeza para Xi Jinping y compañía. Tanto que en las universidades comenzaron a cambiar el discurso al momento de felicitar a los que obtienen un título.

Este año, más de 11 millones de jóvenes se recibieron y ahora tendrán que competir por un empleo a tiempo completo, una tarea que está empezando a ser compleja. Por eso, a los graduados les piden que no sean tan exigentes a la hora de buscar un trabajo.

Lo que parece ser una gran jugada de los Estados Unidos para mantener su poderío económico a nivel mundial tiene, sin embargo, otras lecturas. Y, lejos de provocar sonrisas, generan caras serias.

Los incentivos para fabricar chips en su propio territorio -esos que tanto se promocionaron y por los que muchos se apuraron a aplicar- está chocando con una realidad: falta mano de obra para producirlos.

El bajo nivel de desocupación es un tema que lleva tiempo en la mira norteamericana. La FED, por caso, teme un descalabro en los índices de inflación cuando el empleo está fuerte. Aunque, vale decirlo, a la Reserva Federal le preocupan cada vez más factores.

El aumento del petróleo fue el motivo que puso en alerta a Jerome Powell esta semana. Ojo, algo de razón tiene si se analiza que en Brasil la nafta (la inflación y las tasas) bajaron en estos días. Hay claramente una relación directa entre esas variables.

De hecho, el indicador de julio mostró un incremento del 0,2% anual. Pero, lo que también hay que tener en cuenta, es que los precios comenzaron a enfriarse significativamente. Dicho de otro modo: una tendencia muy buena para el futuro.

Por otro lado, y volviendo al nuevo programa de Joe Biden, algunos analistas sostienen que las políticas de los últimos tiempos terminan perjudicando a las empresas norteamericanas, que ahora deben lidiar con muchos factores para hacerse de suministros tecnológicos.

Además, muchos de los mercados a los que se están redirigiendo las compras estadounidenses (India o México, por caso) tienen una gran dependencia para producir de insumos chinos. Esas adquisiciones, de hecho, han aumentado en los últimos meses.

Incluso, el Departamento de Comercio ha descubierto que muchos productos chinos que hoy tienen aranceles ingresan al país por medio de empresas de otros países que no los tienen. O sea: la rueda sigue girando.

Habrá que ver, con el paso de los días (meses, años), cuál es el verdadero impacto que tendrá el proyecto anunciado por Washington. Parece claro que es muy temprano para sacar conclusiones.

No obstante, la frase del título de este News -que es utilizada en muchos países para referirse a una mentira escondida en una historia fantástica y la misma RAE la define como un embuste- deja clavada la duda.

Lo único que esperamos es que todas las decisiones que se tomen en Oriente y Occidente sean en pos de mejorar las condiciones económicas, políticas y ambientales del planeta. Porque, más claro está, a nadie le vendría bien que se trate de un cuento chino.

   
11 Ago. 2023

¿Un cuento chino?

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En el News 75, Gonzalo Chicote realiza un repaso por las novedades económicas que marcaron la agenda mediática de la semana

La novedad que marcó la agenda económica de la semana fue la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de establecer un límite a las inversiones de empresas tecnológicas norteamericanas en China.

El programa estadounidense busca “abordar la amenaza a la seguridad nacional” a través de la protección de las tecnologías que, según su visión, son críticas para la próxima generación de innovación militar.

En concreto, el nuevo plan apunta a restringir inversiones en semiconductores y microelectrónica, en tecnologías de información cuántica y en sistemas de inteligencia artificial.

Así, otras noticias quedaron en segundo plano, como la implementación -sorpresiva- de un impuesto a la renta inesperada para los bancos en Italia y su readecuación -no tan sorpresiva- luego de las fuertes caídas de las acciones de las entidades en la bolsa.

También se perdió de vista la implementación de un corralito financiero en Cuba o la preocupación que genera en Uruguay que su moneda, el peso, sea la más sobrevaluada frente al dólar según el famoso índice Big Mac.

Incluso la mirada de los analistas internacionales sobre la inflación y el dólar en la Argentina -que está a un paso de las PASO que definirán a los candidatos que pelearán por la presidencia- fueron desplazados del centro de la escena.

Es que el anuncio de la Casa Blanca de restringir inversiones en las tres categorías de tecnologías y productos de seguridad nacional no sólo promete tensar la relación con el gigante asiático, sino que puede provocar un problema para la economía china.

En efecto, esta decisión podría perjudicar los intentos de Beijing de reactivar la actividad, dado que impactará negativamente en las exportaciones de China, que ya sufrieron un desplome en julio y confirmaron así su caída a largo plazo.

Las preocupaciones del país asiático no terminan ahí. Los precios mayoristas volvieron a mostrar una reducción (tendencia que se mantiene desde hace 10 meses), lo que pone a la segunda economía del planeta al borde de una deflación.

Pese a que para muchos ministros de Economía esto podría ser una gran noticia -sobre todo en un escenario inflacionario global como el que se vive-, para China es un problema debido al gran endeudamiento que posee.

Y, como si todo esto fuera poco, la desocupación comienza a ser un dolor de cabeza para Xi Jinping y compañía. Tanto que en las universidades comenzaron a cambiar el discurso al momento de felicitar a los que obtienen un título.

Este año, más de 11 millones de jóvenes se recibieron y ahora tendrán que competir por un empleo a tiempo completo, una tarea que está empezando a ser compleja. Por eso, a los graduados les piden que no sean tan exigentes a la hora de buscar un trabajo.

Lo que parece ser una gran jugada de los Estados Unidos para mantener su poderío económico a nivel mundial tiene, sin embargo, otras lecturas. Y, lejos de provocar sonrisas, generan caras serias.

Los incentivos para fabricar chips en su propio territorio -esos que tanto se promocionaron y por los que muchos se apuraron a aplicar- está chocando con una realidad: falta mano de obra para producirlos.

El bajo nivel de desocupación es un tema que lleva tiempo en la mira norteamericana. La FED, por caso, teme un descalabro en los índices de inflación cuando el empleo está fuerte. Aunque, vale decirlo, a la Reserva Federal le preocupan cada vez más factores.

El aumento del petróleo fue el motivo que puso en alerta a Jerome Powell esta semana. Ojo, algo de razón tiene si se analiza que en Brasil la nafta (la inflación y las tasas) bajaron en estos días. Hay claramente una relación directa entre esas variables.

De hecho, el indicador de julio mostró un incremento del 0,2% anual. Pero, lo que también hay que tener en cuenta, es que los precios comenzaron a enfriarse significativamente. Dicho de otro modo: una tendencia muy buena para el futuro.

Por otro lado, y volviendo al nuevo programa de Joe Biden, algunos analistas sostienen que las políticas de los últimos tiempos terminan perjudicando a las empresas norteamericanas, que ahora deben lidiar con muchos factores para hacerse de suministros tecnológicos.

Además, muchos de los mercados a los que se están redirigiendo las compras estadounidenses (India o México, por caso) tienen una gran dependencia para producir de insumos chinos. Esas adquisiciones, de hecho, han aumentado en los últimos meses.

Incluso, el Departamento de Comercio ha descubierto que muchos productos chinos que hoy tienen aranceles ingresan al país por medio de empresas de otros países que no los tienen. O sea: la rueda sigue girando.

Habrá que ver, con el paso de los días (meses, años), cuál es el verdadero impacto que tendrá el proyecto anunciado por Washington. Parece claro que es muy temprano para sacar conclusiones.

No obstante, la frase del título de este News -que es utilizada en muchos países para referirse a una mentira escondida en una historia fantástica y la misma RAE la define como un embuste- deja clavada la duda.

Lo único que esperamos es que todas las decisiones que se tomen en Oriente y Occidente sean en pos de mejorar las condiciones económicas, políticas y ambientales del planeta. Porque, más claro está, a nadie le vendría bien que se trate de un cuento chino.