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Más impuestos disfrazados de tasas y una pregunta: ¿dejará de suceder algún día?
En los últimos meses distintos gobiernos municipales pusieron en marcha medidas que, más allá de los justificativos formales y de su aprobación legislativa, acumulan grandes críticas y rechazos.
Azul, Rosario y ahora Bolívar son algunos de los ejemplos que llamaron la atención. En este escenario, Darío Rajmilovich, socio de Expansion Holding, analizó la situación y explicó qué dice las normas y la Corte Suprema sobre el tema.
Después de recordar cuáles son los límites que tienen los municipios a la hora de imponer nuevos tributos y de mencionar las características que deben cumplir las tasas, aseguró que “las necesidades económicas chocan con la realidad”.
Ocurre que estas jurisdicciones tienen problemas en la administración de sus ingresos terminan buscando recursos de cualquier lado. Incluso, sabiendo que el resultado sean normas que rocen (o choquen) su legalidad.
No obstante, pese al oscuro escenario, sostuvo que “las cosas pueden revertirse”. Para eso, indicó que “es necesario que se lleve adelante una reforma impositiva integral, que incluya tanto a la Nación como a las provincias y los municipios”.
“Uno termina normalizando medidas que van en contra de todos los principios tributarios”
La tasa que busca imponer el municipio de Azul a los productores agropecuarios sigue dando que hablar. Las críticas se acumulan y cada vez son más los que consideran que recurrirán a la Justicia para frenarla.
En este escenario de incertidumbre y bronca, el socio de Expansion Business Diego Fraga advirtió, en una entrevista para Canal E (Perfil), que “es una locura” y recordó la posición de la Corte Suprema en casos como estos.
A continuación, las frases más destacadas de la entrevista concedida al periodista Pepe Gil Vidal:
Hay una propuesta para alcanzar con una tasa de servicios esenciales municipales a distintos sectores, entre ellos, el agropecuario.
Al sector agropecuario se le cobra esta tasa en función de las hectáreas que tenga cada propietario, al valor de un litro de gasoil por hectárea por mes, lo cual es una locura.
El sector es uno de los más castigados por los impuestos: tributan el Derecho de Exportación, Ganancias, Ingresos Brutos, impuesto al cheque, y también en este municipio se le está aumentando la tasa vial.
Lo grave es que este nuevo impuesto, disfrazado de tasa, impacta en un porcentaje que va entre el 15 y el 40 por ciento de la renta del productor.
Es una locura, si tenemos en cuenta que es un ente de gobierno de menor jerarquía, como lo es un municipio.
Es delirante desde lo económico, porque pretende cubrir un rojo de $3.000 millones anuales. Nunca se habla de bajar el gasto.
Muchos municipios tratan de cobrar impuestos disfrazados de tasas.
Aseguró que, desde el año 1989, la Corte Suprema sostiene que “para que sea una tasa tiene que responder a la prestación de un servicio concreto, efectivo e individualizado. En este caso, es una tasa de servicios generales”.
Los jueces de primera instancia no siempre acompañan a las empresas o a los productores, porque capaz tienen más condescendencia con el despilfarro del gasto público.
Uno termina normalizando medidas que van en contra de todos los principios tributarios.
Los municipios tienen muy limitada su capacidad tributaria y sólo pueden recaudar tasas. Como ya están llenos de tasas, inventan otras que en realidad son impuestos.