El Gobierno pudo celebrar la aprobación del paquete fiscal, luego de negociaciones que parecían interminables y de varias concesiones sobre diversos puntos, como los otorgados en el blanqueo.
El régimen de exteriorización de activos sufrió modificaciones, como la de ampliar el plazo de exclusión de exfuncionarios para ingresar de 5 a 10 años de haber finalizado sus funciones.
También se incluyeron algunos cambios que suenan más a un “palo” que a una “zanahoria”. El ejemplo es el de la imposibilidad de adherir a cualquier exteriorización de activos que pudieran aprobarse hasta el año 2038 para aquellos que blanqueen.
La suma de beneficios y de desventajas, no obstante, será una parte del análisis. La otra, será el riesgo que se corre al momento de adherir, dada la inseguridad jurídica reinante.
Al menos así se desprende del análisis realizado por Joaquín Careglio, analista Sr. de Impuestos de Expansion Argentina, quien arriesgó un pronóstico sobre el futuro del blanqueo en una columna publicada en El Cronista.
Luego de repasar puntos, sostuvo que “parece quedar claro que, ante tamaña inseguridad jurídica, el éxito del próximo blanqueo no pasaría ni por lo beneficios ni por las acciones coercitivas, sino por la ecuación entre riesgo y ganancia”.
Y concluyó: “Una delgada línea que sólo pueden transitar quienes tengan muy bien definidos el ahorro que podrá obtener hoy, aun cuando mañana puedan cambiar (una vez más) las reglas del juego”.
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