No es una novedad decir que el Impuesto sobre los Ingresos Brutos es el gravamen estrella de cuanto informe de recaudación provincial aparece. Es que, en los últimos años, superó en promedio el 70% de los fondos propios.
Tampoco lo es la proliferación de los regímenes de retención, percepción y pagos a cuenta de este tributo. Muy probablemente, incluso, sean los actores que hagan posible esta realidad.
Al menos así lo manifestó Joaquín Careglio en una columna publicada en El Economista en donde analiza la incorporación del SIRCUPA por parte de la Comisión Arbitral del Convenio Multilateral (CACM).
Pero la preocupación del analista Ssr. de Impuestos de Expansion Argentina se centró en uno de los males que se genera por la proliferación de regímenes de cobro anticipado: los saldos a favor.
Recordó que como “cada provincia tiene la facultad de dictar sus propias normas en la temática, existen algunas jurisdicciones que elaboraron mecanismos que permiten atenuar la alícuota o la exclusión de estos regímenes”.
Por eso, concluyó que “es necesario que las provincias puedan pensar mucho más allá de su necesidad recaudatoria y establezcan impuestos o regímenes de recaudación que permitan alcanzar a quienes verdaderamente son contribuyentes”.
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