Conocida la noticia sobre el acuerdo de intercambio de información fiscal entre la Argentina y los Estados Unidos, quedó en evidencia que, si bien es un avance, no hay mucho para festejar.
Diego Fraga, socio de Expansion Business, analizó para El Economista tres variables: plazos en los que el organismo de recaudación obtenga datos y su alcance, posibilidad de concreción de los envíos y viabilidad de implementar un nuevo blanqueo.
Al respecto, señaló que “será imposible para la AFIP poder acceder a la información de evasores que tengan sus activos financieros a través de sociedades o estructuras, ya que el acuerdo no contemplará el envío de datos de sus beneficiarios finales”.
Por otra parte, señaló que “tampoco es seguro que el fisco norteamericano envíe la información a este gobierno, ya que existen algunas manchas en la AFIP de filtraciones de datos y de utilización política de información sensible”.
Por último, consultado sobre la posibilidad de que se implemente una nueva amnistía fiscal, afirmó que “para que un nuevo blanqueo genere confianza, antes debería existir un cambio estructural muy grande en el país”.
Reformar el sistema impositivo, reducir drásticamente el gasto público y trabajar intensamente en un plan serio de reducción de inflación son algunas de las medidas que tendrían que implementarse.
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