A veces a la vista, aunque la mayoría del tiempo en las sombras, los impuestos están presentes en casi todas las compras que realizamos a diario y, a veces, hasta implican un porcentaje muy alto del precio que se paga.
Sin embargo, ante la consulta realizada por el periodista de La Nación Diego Cabot, el socio fundador de Expansion Holding, Iván Sasovsky, trae a escena una realidad que no todos analizan.
“En pesos y a valores nominales, la presión impositiva argentina sobre el sector formal está entre las más altas del mundo. Pero en dólares y a valores reales, tenemos tasas parecidas a un paraíso fiscal”, sostuvo.
Y agregó: “Hay algunos impuestos que se pagan un año y medio después. Por ejemplo, una persona que tiene ingresos en dólares paga una tasa real que suele ser irrisoria. La Argentina es una licuadora impositiva”.
“Este contribuyente puede pagar casi un año y medio después. Facturó en enero pasado y lo abona en julio o agosto 2024. Esa situación pone a la Argentina en el primer lugar de licuación de impuestos ya que no se actualizan por inflación y, además, se usa el dólar oficial. Para el Gobierno, es más fácil imprimir que recaudar”, concluyó.
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